domingo, 9 de mayo de 2010

Lo que leía Mandela en prisión - Fragmento de un discurso de Roosevelt


No es el crítico el que cuenta; tampoco quien señala al hombre fuerte cuando vacila o al que, habiendo actuado, podría haberlo hecho mejor. El mérito pertenece al hombre que está en la arena; cuyo rostro está manchado de polvo, sudor y sangre; el que lucha con valentía; el que yerra, el que tropieza una y otra vez, porque no hay esfuerzo sin errores ni fracasos.
El reconocimiento pertenece al que realmente persevera; al que sabe de grandes entusiasmos y grandes devociones; al que entrega su vida a una causa noble; al que al final del camino, en el mejor de los casos, conoce la satisfacción de los grandes logros y, en el peor, si fracasa, al menos fracasa habiendo aceptado los desafíos, de modo que su lugar nunca estará entre las almas indiferentes y temerosas que no conocen ni la victoria ni la derrota.